El concepto “croqueta perfecta” en realidad es bastante relativo. Porque ¿cómo es esa croqueta perfecta? Para la mayoría de nosotros es la que hacía nuestra madre o nuestra abuela. Esa era sin duda la croqueta más perfecta del mundo inigualable e inimitable. Pero ¿qué dicen los cánones de la gastronomía? ¿Cómo debe ser la croqueta perfecta según los estándares de una cocina profesional?

 

Aunque no hay un acuerdo en cuanto a sabores ni a formas ( pueden ser de cientos de sabores y ovaladas o redondas, lo mismo da) en lo que si hay acuerdo es en la textura. Crujiente por fuera y cremosa por dentro, así debe ser la croqueta perfecta según los expertos. Y aunque también hay quien arriesga con un interior casi líquido (que resulta delicioso) si hablamos de autenticidad y tradición, hay unanimidad en cuanto a la textura de la croqueta perfecta.

 

Cómo hacer la croqueta perfecta

 

Para lograr esa textura cremosa en el interior de una croqueta, la proporción en los ingredientes es fundamental, sobre todo en los que podemos denominar ingredientes básicos. Los que no pueden faltar en ninguna croqueta y que nos sirven para hacer la bechamel perfecta. Leche, harina y mantequilla.

 

Para elaborar la bechamel perfecta que nos sirva de base a nuestras croquetas debemos recordar una proporción sencilla: 50-50-500 Esto es, 50 gramos de mantequilla, 50 de harina y 500 de leche, aunque si la queremos más ligera podemos poner 400 de leche. Y si queremos aportarle más sabor podemos poner parte de leche y parte de caldo.

 

Croquetas para hostelería listas para freír

 

Son la mejor opción para un restaurante o un bar que desee ofrecer a sus clientes un producto de calidad, variado y super rico. Como las croquetas de Sabor Peninsular. Un surtido de croquetas rebozadas con un crujiente pan rallado, rellenas con una cremosa bechamel con las mejores materias primas de nuestro entorno, consiguiendo un sabor natural y casero.